
Pelar una cebolla será uno de los pasos que tendrás que culminar si quieres preparar una infinidad de recetas que se alimentan de esta nutritiva y saludable hortaliza.
Posiblemente uno de los más sencillos en la preparación de tu receta, pero sin lugar a dudas con el que lo puedes pasar peor.
Al cortarla emiten liberaciones de azufre que al contactar con los ojos producen ácido sulfúrico, y con ello la sensación de picazón. Como los nervios oculares son muy sensibles, informan rápidamente al cerebro que actúa rápidamente liberando lágrima para diluir la composición ácida.
Tres trucos para evitarlo
- Prende una vela cerca del área donde vas a cortar la cebolla. El fuego consumirá parte del gas que emite la hortaliza.
- Cortar la cebolla bajo el agua del grifo. En este caso, el azufre emitido contactará con el agua antes que con tus ojos, produciéndose la composición química en tus manos. Pero no debe preocuparte, porque las manos no son tan sensibles como los ojos y no lo notarás.
- Enfriar la cebolla unos minutos en el congelador. Si la hortaliza está fría hará que las enzimas tarden más en volatilizarse, por lo que al cortarla emitirá menos azufre.