
Las palabras tienen la capacidad de hacer cosas maravillosas, o sencillamente frenar tu vida, muchas veces sin darte cuenta. La ciencia ha demostrado que el lenguaje tiene un gran impacto, muchas investigaciones afirman que las palabras y cómo las usamos, moldean la forma de las vías neuronales de nuestro cerebro y esto crea la manera en la que experimentamos el mundo.
El lenguaje negativo es el más limitante y dañino. Se construye poco a poco en la infancia con todas las veces que los demás nos ponen una etiqueta negativa -inútil, lento, incapaz, raro- que poco a poco nos vamos creyendo. Luego en situaciones duras nos lo repetimos internamente.
Esas creencias negativas nos limitan, desmotivan y nos restan autoestima, pero si empezamos a cambiarlas por palabras positivas resultará en una gran diferencia en nuestro estado de ánimo, en nuestro rendimiento y en cómo resolvemos los retos.
Te ayudará mucho hacer el esfuerzo de no usar o limitar el uso de ciertas palabras como expresiones constantes y cotidianas. Trata de sustituirlas por su versión positiva:
- En lugar de “Yo trato” di “Hago mi mejor esfuerzo”
- En lugar de “Espero” di “Pienso” , “Confío” o “Confío en que sucederá”
- En lugar de “Yo quiero” di “Lo haré” o “Tengo pensado”
- En lugar de “Renuncio” di “Me estoy dando un poco de espacio” o “Me voy a tomar un respiro”
Estos son solo algunos ejemplos, pero puedes hacerlo con cualquier frase o palabra que te genere negatividad. Al hacer una elección de palabras más positivas te darás cuenta que es mucho más efectivo seleccionar opciones que te animen a cambiar, en vez de palabras que reflejen tu negatividad.
Otra herramienta útil es que cada cierto tiempo te hagas estas preguntas:
- – ¿Qué palabras o afirmaciones uso regularmente con las otras personas?
- – ¿Inyectan ánimo y positivismo o están menospreciando su espíritu?
- – ¿Qué palabras uso conmigo misma cuando las cosas no salen como yo esperaba?
- – ¿Me estoy dejando caer, estoy siendo dura o estoy buscando superarme?
Las palabras nos influyen, nos afectan porque van cargadas de emociones, y a lo largo de nuestra vida las vamos impregnando de experiencias, de recuerdos, de expectativas. Es por eso la importancia de saber usarlas y sobre todo aprovechar su poder.