
Reducir la presión sanguínea y prevenir resfriados, el Alzheimer y la demencia son algunas de las propiedades del ajo.
El ajo es un bulbo que ha sido adoptado en los usos culinarios por su característico sabor y aroma, y la ciencia moderna ha confirmado recientemente que su ingesta produce una gran cantidad de beneficios en la salud.
Te presentamos algunas de las propiedades de comer este bulbo que se compone principalmente de manganeso, vitamina B6, vitamina C, selenio, fibra y, en menor medida calcio, cobre, potasio, fósforo, hierro o vitamina B1.
Resfriados y presión sanguínea
El sitio Healthline.com publica que comer ajo fortalece las funciones del sistema inmunológico. En un estudio reciente que duró 12 semanas, las personas que consumieron suplementos de ajo redujeron la cantidad de resfriados en un 63%.
Además, otro estudio encontró que las personas que comieron una alta dosis de ajo redujeron el número de días que sufrieron de un resfriado o una gripe.
Y se a comprobado que altas dosis de ajo mejoran la presión arterial a las personas que normalmente sufren de hipertensión.
“También mejora la circulación gracias a la capacidad de la alicina de potenciar el aumento de agentes circulatorios que relajan los vasos sanguíneos, aumentan el flujo en la sangre y previenen la formación de coágulos”, explica Webmd.com.
Alzheimer y demencia
La Universidad de Missouri, en Estados Unidos, publicó resultados de algunos de sus estudios en donde afirman que el ajo previene enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer y otro tipo de demencias.
La razón es que el ajo desarrolla antioxidantes que ofrecen beneficios protectores y curativos a las células del cerebro. Esto hace que este importante órgano sea mucho más resistente al estrés o a la inflamación, que son las causas principales de la aparición de enfermedades neurológicas.
El problema del aliento
Debido a la gran cantidad de compuestos aromáticos de azufre, el olor del ajo puede permanecer en tu aliento y poros durante varias horas después de comer. Esto puede afectar en tu rutina social o de trabajo.
Aunque no se puede evitar por completo, te presentamos algunas recomendaciones para minimizar el efecto del olor a ajo.
- Después de comer ajo, mastica una rama de perejil.
- Bebe un vaso de leche o come un pequeño recipiente de yogur natural.
- Quiebra la vaina de cardamomo fresco y mastica las semillas, o mantenlas en tu mejilla.
- Cepilla tus dientes y usa hilo dental. También es válido utilizar enjuague bucal.